El prepucio debe bajar para el glande poder asomar. O debería.

Información sobre la fimosis y sus tratamientos aquí: FIMOSIS

Es lunes. No, es pollas. No, es #LunesPollas. Me he dado cuenta de que la cabra tira para el monte, y yo, como investigador biomédico que aspiro a ser, siempre tiro para esa unión entre dos bellas ciencias, la medicina y la biología. De nuevo hoy voy a hablar de algo relacionado con la salud, si bien en este caso y para que nadie diga que este tipo de entradas son sexistas y ocurran cosas surrealistas como esta…voy a hablar de algo que afecta a muchos niños y no tan niños en lo que ellos conocen como capuchón, puntita, capullo, capullito… más técnicamente vamos a hablar del prepucio y algunos problemas asociados, y de su posible corrección para que la cosa fluya (arriba abajo, arriba abajo, arriba abajo, ya sabéis……)

Si quieres saberlo todo sobre la fimosis, sus tratamientos (varios sin cirugía), causas, síntomas…aquí lo tienes.

Prepucio en condiciones normales. Se puede retraer.

El prepucio es la piel que recubre el glande del pene, la parte final de este. Tiene básicamente tres funciones.

• La primera es la de proteger al glande de posibles daños.
• La segunda función es sensorial, proteger al glande del contacto con la ropa interior, con el ambiente, lo que hace que la sensibilidad del glande aumente.
• Por último, tiene una función mecánica, y es que el prepucio debe poder retraerse de forma parcial al menos en cualquier etapa vital, para poder mear como mínimo. También debe poder retraerse de forma completa no dolorosa desde niños (no recién nacidos) para poder mantener limpio el glande y evitar problemas asociados a su no limpieza, y en adultos para permitir las relaciones sexuales.

Las mujeres también tienen prepucio, que en su caso protege el clítoris, aunque diferencialmente su función es la de proteger y la sensorial. La función mecánica cobra menos importancia por cosas de la anatomía femenina. Pero no por ello deja de ser importante.

En varones es algo relativamente común presentar algún problema con la función mecánica del prepucio. Problemas también conocidos como fimosis, que es la condición en la cual el prepucio no puede retraerse sobre el glande y dejar este al descubierto, vamos, no poder sacar el capullito porque el prepucio no es tan flexible como debería e intentar retraerlo no es fácil.

Fimosis total / parcial. Incapacidad de retraer el prepucio.

En el nacimiento existen adhesiones entre el prepucio y el glande que impiden su retracción y solo un 5% de los niños recién nacidos pueden retraerlo completamente. Lo natural es que durante los 5 primeros años de vida, a medida que el pene crece y ayudado por erecciones intermitentes, el prepucio se despegue del glande y permita a este ver por primera vez la luz del sol, o la del cuarto de baño más bien. Pero esto no siempre ocurre y entre un 1% y un 10% de los adolescentes siguen con problemas en la retracción del prepucio.

No todos los adolescentes con problemas para sacar el capullito o la puntita tienen fimosis completa, que es la imposibilidad de retraer el prepucio sobre el glande. Muchos de los casos son fimosis parciales en las cuales se puede retraer el prepucio sobre el glande pero solo de forma parcial, llegando a sentir dolor si se intenta retraer más, o provocando una parafimosis si se intenta retraer de forma brusca. En la parafimosis lo que se sucede es que al intentar retraer el prepucio sobre glande cuando el prepucio no es lo suficientemente flexible para ello, queda el glande al descubierto pero sufriendo una inflamación considerable porque el prepucio está demasiado tenso y produce compresión, cortando la circulación de sangre hacia el glande. Además muchas veces la incapacidad de retraer el prepucio y sacar el capullito es debido a otras causas, como puede ser el frenillo (del pene) corto que impide que el prepucio se retraiga porque el frenillo puede partirse.

Fimosis y parafimosis. En la fimosis no pude retraerse el prepucio. En la parafimosis el prepucio comprime el glande y corta el flujo sanguíneo de este.

¿La solución a estos problemas para asomar el capullito? Seguro que la palabra que os viene a la cabeza es circuncisión, eso que todos en la etapa adolescente hemos comentado entre compañeros. “¿Tu tas operao?”. La circuncisión es una de las soluciones, pero no la única como ya veremos.

La circuncisión en muchas religiones y culturas se realiza en el momento del nacimiento, lo que sin duda evita el trauma por el que hay que pasar si se realiza más adelante en una etapa donde la recuperación es más lenta y dolorosa. Sea cuando sea el proceso de circuncisión se debería realiza bajo anestesia y consiste en quitar el prepucio, eliminar ese fragmento que cubre el glande. De esa forma el glande queda al descubierto siempre. ¿Ventajas? La rapidez de la operación, la eficacia de esta y que generalmente se considera que el nivel de higiene aumenta, en el caso de la que se realiza en el nacimiento se evitan los posibles problemas futuros de fimosis. ¿Las desventajas? El periodo de reposo y post-operación mientras cicatriza la herida en etapas adolescentes puede ser doloroso porque las erecciones hacen peligrar la sutura, y en esa etapa faltan muchas cosas menos erecciones. Además se pierde sensibilidad porque al dejar el glande en contacto continuo con la ropa interior y el ambiente se vuelve menos sensible y puede afectar al placer.

La circuncisión es una operación y como tal siempre tiene sus riesgos (mínimos en este caso) y supone un pequeño trauma para el niño / adolescente que debe pasarla, por ello en esta entrada me voy a centrar en la terapia de retracción manual. Dar cera pulir cera hasta dejar contento al señor Miyagi. Aunque cabe decir que hay muchos más tipos de terapia.

En la terapia de retracción manual se confía en la elasticidad natural de la piel para ir incrementando la flexibilidad del prepucio haciendo retracciones manuales hasta el límite no doloroso. Se trata de ir aumentando ese límite poco a poco en base a aumentar la flexibilidad del prepucio a lo largo de los días hasta que pueda retraerse el prepucio de forma normal. Y sí, esta terapia bien realizada funciona y el dolor y efectos secundarios son mínimos. Eso sí, debe realizarse bien porque como se ha dicho antes si el prepucio se retrae de forma brusca y deja al glande fuera cuando aún no es suficientemente elástico, puede ejercer compresión y cortar el riego sanguíneo al glande en lo que se conoce como parafimosis.

Cooper y colegas (Cooper, G.G., Thomson, G.J.L., and Raine, P.A.M. (1983) Therapeutic retraction of the foreskin in childhood. Br.Med. J.286, 186–187.) realizaron la retracción manual del prepucio de 106 niños. De esos 106, 93 habían presentado síntomas asociados a falta de retracción, tales como inflamación en el glande o retención de esmegma. El resto simplemente no podía retraer el prepucio. Tras la retracción manual ejercida por el médico se pedía a los padres que hicieran lo mismo en casa de forma suave y constante.

Los síntomas desaparecieron y el prepucio pudo llegar a retraerse de forma completa y liberar el glande de forma completa en un 85% de los casos. Se debe realizar con cuidado porque lo que se hace es ir suavizando de forma progresiva las adhesiones entre el prepucio y el glande, y estudios posteriores demostraron que si se hace de forma agresiva hay un porcentaje alto de reformación de adhesiones, por lo que se remarca la importancia de continuar con la terapia de forma constante y suave. Hacerlo de forma brusca como los que se quitan muelas y dientes atándose un cordel a la pieza dental y a una puerta y pegando un portazo es una muy mala idea. Se pueden producir heridas y cicatrizaciones que llevan a una verdadera fimosis con incapacidad total para retraer el prepucio y que requiere de operación.

Con la terapia de retracción manual lo que se intenta es algo como esto, ir permitiendo que el prepucio sea cada vez más flexible y se pueda retraer mejor.

Así que ya sabéis, recién nacidos es normal no poder retraer el prepucio aunque es necesario poder mear, por lo que el prepucio debe no estar totalmente cerrado. Con el paso del tiempo debe ir pudiéndose retraer el glande, aunque a veces esto no sucede en casos de lo que se conoce como fimosis total o parcial. La circuncisión es una operación que soluciona ambos problemas al dejar al glande libre en su totalidad de forma continua, con algunas ventajas y desventajas. La retracción manual progresiva puede solucionar la gran mayoría de problemas de fimosis parcial e incluso total, pero es un proceso que debe realizarse bajo supervisión médica y no realizar una retracción brusca que pueda llevar a parafimosis y daños en el tejido del prepucio.

Y recordad que en general es un tema que de no tratar de pequeños, en la etapa adolescente al afectado suele darle vergüenza hablar de ese tema y puede ocultar el problema o tratar de solucionarlo por su cuenta, cosa que no debería suceder. Lo ideal es una detección temprana y una buena comunicación sin tabúes entre los padres y el hijo. La detección temprana es fácil de realizar cuando somos pequeños ya sea en la ducha, en el baño…es un problema no grave que conviene detectar y tratar cuanto antes mejor.

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Fuente: Hayashi, Y., Kojima, Y., Mizuno, K., & Kohri, K. (2011). Prepuce: phimosis, paraphimosis, and circumcision. The Scientific World Journal, 11, 289-301.

Coda final. Esta entrada forma parte de la iniciativa #lunesPollas. Muchos blogueros (y también blogueras) vamos a participar hoy lunes 18 de enero. ¡Ánimo, apúntate! Tienes que publicar una entrada sobre pollas (penes). Usa tu imaginación. En Naukas aparecerá una recopilación de todas las que incluyan la etiqueta #lunesTetas. Recuerda, el efecto Naukas te dará muchas visita.