Maravillas Celestiales: Los Púlsares

Estimados lectores,

Imaginen que están estudiando cuerpos celestes más allá de los confines de nuestro sistema solar, en el año 1967 y que, apuntando con los radiotelescopios de la época (artefactos capaces de captar radiación electromagnética de onda larga, como las ondas de radio) hacia el espacio, detectan un sonido producto de la recepción de la radiación electromagnética y que se repite con una exagerada precisión en intervalos de tiempo muy regulares.

Pónganse en la piel de aquellos que la escucharon por primera vez. ¿Qué debieron pensar aquella gente de ciencia que  escuchó anonadada dichas emisiones puntuales de radio? Pues lo que les vino en mente fue la idea de que alguien en algún rincón concreto del universo nos estaba avisando, de manera voluntaria o involuntaria, de su presencia. Sin embargo, dicha idea tenía los segundos contados. Realizando una búsqueda rápida, detectaron 3 focos de emisión diferentes, también de una alta periodicidad y con diferente frecuencia, concluyendo que la fuente emisora era de origen natural y no artificial, es decir, aquello debía de ser un cuerpo celeste.

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Púlsar captando energía de una estrella vecina

Pero, ¿Qué era aquello capaz de emitir tal cantidad de luz y con pulsos regulares de tiempo? Dicho objeto celeste recibió el nombre de Púlsar, debido a que enviaba pulsos de luz hacia nuestro planeta y es por ello por lo que delató su existencia. Sin embargo, los pulsos de luz que recibimos del espacio no son debidos a que emita y deje de emitir energía, sino que os tenéis que imaginar un cuerpo de morfología más o menos esférica de un tamaño aproximado al de la ciudad de Manhattan y rotando a una velocidad de más de 60.000 kilómetros en un segundo. Además, posee un enorme campo magnético que arrastra las partículas presentes a su alrededor a tal velocidad que emiten gran cantidad de energía hacia el exterior, en forma de ondas de radio, rayos X y rayos gamma. Si los focos de emisión estuviesen fijos en el espacio, o bien no recibiríamos la energía o la recibiríamos de manera permanente.

El hecho de recibir los pulsos energéticos de manera periódica es debido a que el eje de emisión no se encuentra fijo, sino que va oscilando y apuntando en diferentes direcciones. Cuando dicho eje apunta hacia la Tierra es cuando recibimos el pulso y, por tanto, el chorro de energía.

El modo en el que se forman dichos semáforos en el Universo es debido a la muerte estelar. Cuando una estrella de grandes dimensiones colapsa y se vuelve supernova (estallido de una estrella fruto del colapso de ésta), las enormes presiones ejercidas por la gravedad instantes previos a la gran explosión hacen que se formen muchos neutrones que quedan íntimamente unidos en un espacio muy reducido dando como resultado un gran campo gravitatorio. Así pues, los púlsares son estrellas de neutrones, de un tamaño muchísimo menor que la estrella de la que proceden pero con una brutal atracción gravitatoria, capaces de devorar todo aquello que entre en su campo gravitatorio, incluida la luz. Si encuentran una estrella, se nutren de ésta hasta que agotan su combustible.

Además, si la luz no puede huir del púlsar, éste se deberá de entender como un objeto celeste extremadamente denso y de apariencia oscura, con una morfología cuasi esférica debida a su rotación, al igual que los astros que forman parte de nuestro Sistema Solar. La densidad que poseen es de tal magnitud que en un terrón de azúcar habría una masa de decenas de miles de portaaviones. Esto nos da una idea de cuán voraces pueden llegar a ser.

A continuación, para aquellos que deseen saber más, les recomiendo que observen este enlace en el que podrán ver con todo lujo de detalles lo que es un púlsar, así como también otros cuerpos celestes de grandes proporciones:

 

Espero que haya sido de vuestro agrado.

Un saludo,

Adrián Ch.

Acerca de Adrián Chahboun

"Sé la mejor versión de tí mismo".

Publicado el 17 octubre, 2013 en Astronomía y etiquetado en , , , . Guarda el enlace permanente. 3 comentarios.

  1. Nunca dejo de sorprenderme sobre las maravillas del Universo y después de haber visto la existencia de estos cuerpos «exóticos» más todavía. Había leído sobre la existencia de los púlsares y los magnetar. Pero al ver en el vídeo al monstruoso cuásar, los remanentes de un pasado lejano, sin palabras 🙂

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    • Adrián Chahboun

      Sí, totalmente de acuerdo contigo Sergio. Estas estructuras son realmente curiosas y tienen un gran poder de devastación. En futuras publicaciones comentaré otras estructuras celestes que también poseen, como todas, su punto de interés y singularidad. Gracias. =^)

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