Archivo de la categoría: Reflexiones científicas

Un texto homeopático.

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MKUltra, o cuando la CIA experimentó a placer con humanos.

Si en la anterior entrada os hablé de lo que sucedió con la talidomida y cuáles fueron las consecuencias de ello en relación a la regulación de estudios clínicos y demás…hoy os voy a contar lo que pasó antes de que la experimentación con humanos estuviese tan regulada. ¡Y ojo! Que esto sucedió después de que en la Segunda Guerra Mundial se crease el Código de Nuremberg (1947) para evitar cosas tan atroces como algunos experimentos nazis, como los de Joseph Mengele. El código de Núremberg trataba de evitar abusos en la experimentación con humanos, lo cual en EEUU (tras firmarlo) no tuvieron en cuenta para realizar su proyecto MKUltra.img006

El proyecto MKUltra incluye toda una serie de experimentos ilegales y poco éticos en humanos que realizó la CIA (La Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos) entre 1953 y 1970. ¿El objetivo? Encontrar métodos o sustancias útiles para las torturas, influir sobre la impulsividad en las respuestas. Que mejor para probarlo (debieron pensar), que torturando con ellas a ver cuál era más eficaz. Querían afectar al estado mental de los sujetos, alterar sus funciones cerebrales, usando desde LSD, hipnosis, privación del sueño, aislación, hasta abusos sexuales. Como el proyecto mismo decía: “Investigar y desarrollar procedimientos o sustancias químicas y biológicas para usarlas en operaciones clandestinas con el fin de controlar el comportamiento humano”. Y no fueron pocos quienes accedieron a desarrollar el programa, ya que este se llevó a cabo en más de 80 instituciones.

Sus experimentos se llevaban a cabo en personas que según ellos ya no tenían ningún tipo de futuro, enfermos mentales, prisioneros, prostitutas, adictos a las drogas, pero no siempre fue así, y vamos a explicar algunos de los experimentos menos honorables que llevaron a cabo. Todos después de aceptar lo que el Código de Núremberg proponía, entre otras cosas, el consentimiento informado y la capacidad de abandonar cualquier experimento sin tener que dar explicaciones, menos en MKUltra claro…

Drogas

Repartieron drogas a diestro y siniestro, a cascoporro, principalmente LSD y por decirlo de alguna manera aquello lo trataban como azúcar. Se puede decir que todo aquel que rondaba el proyecto MKUltra se vio obligado a consumir LSD para observar las reacciones producidas por esa droga y ver si podía tener utilidad a la hora de detectar espías o hacer “pruebas de la verdad”. En un caso extremo inyectaron LSD a un “paciente” durante 174 días seguidos. Se combinaba el consumo de LSD con entrevistas bajo luces que a más de uno provocarían un ataque de epilepsia, ofrecían heroína a adictos a la heroína a cambio de que además consumieran LSD…de locos. De hecho loco se quedó más de uno, aquellos que no murieron. Hasta los altos cargos del proyecto comenzaron a dar LSD a compañeros sin aviso alguno para tratar de ver si había diferencia en la reacción.

mkultra-7El LSD era la droga preferida de esa gente, pero tampoco dudaban en probar a combinar barbitúricos con anfetaminas de forma simultánea y probar a hacer entrevistas, buscando la impulsividad. Y la lista sigue…heroína, morfina, MDMA, marihuana, escopolamina…¡¡hasta cafeína!! (pero bueno esa la aceptamos, con tanto experimento necesitaban café supongo…)

Electricidad, de dentro para fuera y de fuera para dentro.

Alguno de los 149 subproyectos con los que contaba MKUltra quiso comprobar si el cuerpo humano emitía algún tipo de señal eléctrica cuando se decía la verdad o se engañaba, y ver si podían usarse con ese fin. Lo peor no era eso, también probaron si a través de corrientes eléctricas externas podía modificarse el comportamiento humano. Al menos el resto de objetivos de este subproyecto suena más normal: almacenamiento, análisis y estandarización de los datos.

Hipnosis

Si se creía que se podía influir sobre el comportamiento humano se probaba en MKUltra, y no dudaron en probar la hipnosis. El objetivo era tratar de crear ansiedad y desgaste mental a través de hipnosis. Siempre se trataba de incrementar el nivel de respuesta impulsiva frente a preguntas útiles, teniendo en cuenta que estaban en plena guerra fría… También se inducia amnesia de diferentes maneras en un intento de jugar con el cerebro como si de una pelota se tratase.

Los experimentos de Canadá

En Canadá se llevaron la peor parte. El psiquiatra escocés Donald Ewen Cameron, el cual era prácticamente un psicópata más bien, fue el responsable.

Aquellos que ellos consideraban ratas de laboratorio humanas (a día de hoy las ratas tienen más derechos que los que tuvieron aquellos humanos), eran sometidos a un estado de coma inducido hasta meses. Mientras estaban en coma se reproducían sonidos o palabras repetitivas de forma constante. Se trataba de adoctrinar o influir sobre el cerebro de esta manera. ¿Lo peor? Los pacientes eran personas que entraron en el instituto mental por cosas no tan graves tales como ansiedad o depresión. Tras los tratamientos de la índole mencionada muchos peor de lo que entraron (se dice que solo hubo un par de muertos en todo el proyecto MKUltra, pero quien sabe…).

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También se probó terapia electrocompulsiva, un tratamiento psiquiátrico en el cual se inducen convulsiones utilizando la electricidad, pero en MKUltra superaban hasta en 40 veces las intensidades eléctricas recomendadas.

Por la ilegalidad y clandestinidad, nunca se sabrá el impacto total de MKUltra.

El hecho de que este proyecto fuera a la legua poco ético y moral es el motivo por el cual los registros del proyecto fueron destruidos en cuanto Richard Helms, director de la CIA en ese momento, lo ordenó, temiendo que el proyecto fuera descubierto. Lo poco que se sabe se debe a unos 20.000 documentos que se salvaron debido a que estaban almacenados de forma errónea en unos registros financieros.

Lo más importante de que se destapara el proyecto es que fue el motivo que obligó (que menos) al gobierno de EEUU a controlar de forma severa la investigación en humanos, algo que hoy en día podría considerarse uno de los campos de la medicina más regulados. Empresas farmacéuticas de la Big Pharma como Novartis o Eli Lilly estuvieron implicadas en estos ilegales estudios. El resultado a nivel de sanción deja mucho que desear con lo que pasaría hoy en día si algo así sucediese, hubo dos juicios y en los dos ganó el gobierno frente a los derechos humanos.

Se cree que más de 10 millones de dólares fueron destinados a MKUltra, 10 millones destinados a pasarse por el arco del triunfo los derechos humanos y los protocolos que EEUU había firmado hasta el momento. El número total de muertos nunca se sabrá y teniendo en cuenta los experimentos llevados a cabo no sería raro que hubiera más de los que se dijo en su momento.

Os adjunto dos citas para que veáis el nivel de hipocresía de estos experimentos en lo que respecta a la supuesta opinión de EEUU frente a la experimentación con humanos…

Los juicios médicos en Núremberg en 1947 aclararon al mundo que la experimentación con seres humanos sin consentimiento informado es inaceptable, tanto moral como legalmente. El Tribunal Militar de Estados Unidos estableció el Código de Núremberg como un estándar con el cual juzgar a los científicos alemanes que experimentaron con seres humanos. En el desafío de este principio, los funcionarios de inteligencia militar, comenzaron subrepticiamente con MKUltra – Juez William Brennan

Como observa el juez Brennan, Estados Unidos desempeñó un papel instrumental en el enjuiciamiento penal de oficiales nazis que realizaron experimentos con seres humanos durante la Segunda Guerra Mundial, y las normas que los Tribunales Militares de Núremberg desarrollaron para juzgar el comportamiento de los acusados declararon que el consentimiento «voluntario del sujeto humano es absolutamente esencial” para satisfacer los conceptos morales, éticos, y jurídicos. Si este principio se viola, como mínimo, debe haber indemnización – Jueza Sandra Day O’Connor

Pero el dinero no paga el sufrimiento que muchas personas (miles) pasaron porque se decidió anteponer los intereses políticos y bélicos a los derechos humanos. Y no hablemos de las muertes producidas. Cuando se trata de salud y de experimentación no puede tratarse a los humanos como animales. De hecho, ni si quiera debe tratarse a los animales como animales. Le debemos muchísimo a esos pequeños seres que sin quererlo dan su vida por el avance científico, es nuestro deber tratarlos de forma digna y honorable mientras los hacemos sufrir para nuestro avance científico. Cuando eso no sucede con humanos estamos simplemente ante a un abuso intolerable. La investigación debe salvar vidas, no quitarlas, a veces es inevitable o un accidente, pero no debe haber excepción y ninguna debe ser debida a mala praxis.

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Si quieres saber más…(en inglés)

«Project MKUltra, the Central Intelligence Agency’s Program of Research into Behavioral Modification».

– Complete PDF archive of declassified MKUltra Project Documents

RTVE promueve las pseudociencias, y eso no se puede permitir

Este post va al grano a protestar frente al uso y abuso que TVE hace de las pseudociencias sin rigor ninguno, promoviendo su uso frente a un enorme público que puede creer que porque algo se diga en televisión es cierto, y desde luego eso no es así. TVE falta al respeto al rigor periodístico y científico, y con ello falta al respeto al público que ve sus programas esperando escuchar consejos de salud.

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Esta iniciativa protesta (totalmente fundamentada) la comenzó el blog «Qué mal puede hacer» después de que M. Montero dijera por televisión que oler el limón prevenía el cáncer, en lo que culminó como una queja formal con 549 firmantes + 17 colectivos adheridos (post con la queja formal y resultado de la iniciativa). Considero que es una obligación y un placer poder unirme y apoyar la iniciativa.

Digamos que la gota que colmó el vaso fue que tras escribir la queja formal, se supone que en el programa «El Defensor de La 2» se trataría el asunto, peeeero, como explica Isidoro (creador del blog «Qué mal puede hacer») aquí, han ignorado la denuncia de la manera más directa, ni mencionándola.

Un limón y listo, curada de todo, menos de la ignorancia.

Un limón y listo, curada de todo, menos de la ignorancia.

Pues ya estamos hartos, hartos de que se promuevan las pseudociencias en la televisión pública delante de millones de espectadores.

  • ¿Acaso no existen profesionales en el área de la medicina y la farmacología? Sin ir más lejos en mi propio Timeline hay varios y seguro que estarían encantados de promover la buena ciencia. Sin embargo se prefiere dedicar presupuesto y pagar dinero a una persona que promueve mentiras y engaños, y siendo licenciada no me quiero creer que ella misma cree esos engaños. Imagino que ser consciente de ellos pero hacer la vista gorda y promoverlos, tirando por la borda cualquier ápice de criterio personal, da dinero. Y poderoso caballero es don dinero.

  • Se está jugando con la salud de las personas. Cierto es que la homeopatía no ha hecho nada nunca, ni bueno ni malo, pero en casos extremos ha muerto gente. ¿Cómo? Personas que dejan de lado terapias reales para esas «terapias alternativas» que RTVE promueve, que ni son terapias ni son alternativas. Espero que los editores de RTVE se sientan orgullosos de estar difundiendo mentiras y engaños en lugar de terapias reales o consejos reales de salud.

  • Si el caso fuese que la ciencia real y crítica no existiese o fuese insuficiente…pero por favor, tenemos miles de nuevos artículos y descubrimientos cada mes que darían para hablar con rigor y calidad periodística, ¿porqué se prefiere el sensacionalismo de terapias milagro que no ayudan a nadie?

  • Conozco empresas españolas que tras años de buena ciencia han decidido tratar de llevar un medicamento al mercado. El tiempo dedicado a ello y el dinero que se necesita para ello, para salvar vidas, no os lo creeríais. De media mil millones de euros y unos 10 años. ¿Sabéis lo bien que le vendría el apoyo de algún medio de comunicación para conseguir financiación? El resultado final sería un producto para tratar y curar personas basado en años de investigación, pero mucho mejor promover el engaño de la homeopatía o otras terapias alternativas. Seguro que cuesta mucho coger un compuesto y diluirlo en millones de gotas de agua y venderlo a precio de oro.

  • Esta semana justamente se está tratando el tema de la homeopatía en las #TertuliasCiencia. Os animo a participar y dar vuestra opinión, es trabajo de todos no mostrar tolerancia frente a la divulgación de engaños graves como este que juega con la salud y la esperanza de muchas personas.

  • Y por último, si no eres científico ni divulgador y tus conocimientos no te permiten discernir entre medias verdades y engaños, por favor, no creas en los milagros. El cáncer es una enfermedad muy muy compleja que desde luego no va a prevenir oler un limón, ni si quiera un millón de limones. Siempre que escuches algo que de forma muy simple soluciona problemas muy complejos, cuestionatelo, duda, en la vida nada es tan simple como te pueden llegar a vender. Busca información sobre lo que escuches intentando que sean fuentes creíbles y no otro tipo de fuentes cuyo objetivo es la venta de sus productos también engañosos. Piensa que cuando te engañan se están riendo de tí, y muchas veces creen que pueden hacerlo porque como el conocimiento medio de la sociedad sobre temas complejos suele ser bajo, saben que vendiendo cosas simples con un mensaje atractivo pero carente de todo rigor, muchos van a caer. Demuestra que tu educación está por encima de lo que ellos creen y no te dejes engañar.
RTVE se ha ganado este sello con todo su esfuerzo. Desde luego, va a necesitar mucho más esfuerzo si quiere que algún día se le deje de considerar medio de comunicación promotor de las pseudociencias.
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El real horóscopo científico para el 2015. Deal with it.

En esta entrada de año quiero regalaros este horóscopo totalmente basado en ciencia, sin suposiciones ni brujería, sin pseudociencia, el único horóscopo genuino y real, espero que lo disfrutéis y lo compartáis con todas vuestros contactos afines a las artes oscuras de la astrología (que no Astronomía, esa si mola).

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Si alguien encuentra la fuente original, ¡que avise!

La curiosidad creó al gato. Carta abierta en contra de la falta de curiosidad de la sociedad general.

¿Por qué me interesa tratar diferentes temas? ¿Qué me mueve a ello? ¿Acaso no es suficientemente complejo cualquier concretísimo tema como para encima abarcar más de uno?  Con origen en el latín, curiosĭtas, la curiosidad es la intención de descubrir algo que uno no conoce. Dicha voluntad suele enfocarse a cosas que a la persona no le atañen o que, supuestamente, no le tendrían que importar. Curiosidad para mí es sinónimo de mente inquieta y despierta, antónimo de conformismo y pasividad. La curiosidad es uno esos rasgos psíquicos que considero vitales, y parafraseando al famoso Einstein; no hace falta tener ningún talento especial, simplemente ser apasionadamente curioso. Vamos a hablar de curiosidades y pasiones.

Soy consumidor habitual de todo tipo de charlas científicas, ya sean de divulgación general o más especializada en congresos. Desde eventos como el gran Naukas de Bilbao, hasta el mundialmente conocido como movimiento TED, y he observado algo en relación a la actitud de los ponentes. Lo que hace que una charla se me quede impregnada en el cerebro tras unas buenas sinapsis neuronales, no es el tema, como pensaba anteriormente. Es la capacidad del ponente de transmitir su pasión por el tema que explica lo que hace de una charla que a priori no te interesaba, algo realmente apasionante. Y es que cualquier tema puede ser apasionante si es enfocado de la manera adecuada. Pongamos un ejemplo.

7219802_origDurante unas clases de Fisiología Animal hubo una serie de conferencias de investigadores de mi universidad (UIB). En una de esas conferencias acudió Luís Barceló Coblijn a hablar sobre el lenguaje y su evolución. El tema, a priori, no es de mi interés, pero de todas las charlas que hubo, fue la que más me gustó y la que más recuerdo. El motivo es simple, supo transmitir la pasión y el interés que él ve en ese tema hacia los demás. Es como cuando un amigo te cuenta una película que le ha encantado. Puede que la película finalmente no sea merecedora de un Oscar, pero si te la cuenta con pasión, hará que quieras verla, y cuando lo hagas, lo harás con mejores ojos o expectativas, con interés.

Con esto no quiero decir que todos los temas tengan que encantarte porque haya en el mundo alguien que pueda ponerle pasión al asunto, pero en nuestro caso, si acabas dedicándote a investigar en algún campo en concreto, es porque has encontrado en él la curiosidad. Encontrarás en ese campo preguntas sin respuesta. De la preguntas surgirá la intención de estudiar para comprender y responder. Ante la dificultad de cualquier respuesta, si eres curioso, no sentirás más que una dosis extra de curiosidad, derivada del hecho de pensar que cada respuesta lleva a miles de preguntas nuevas, ¡miles de curiosidades nuevas! Me estoy dando cuenta que empleo curiosidad y pasión casi de forma indiscriminada, tomándome la licencia de ignorar lo que dice la RAE, para mí, curiosidad y pasión son siamesas. La curiosidad lleva a la pasión, la pasión conduce a satisfacer la curiosidad.

Todo parece muy bonito: dedicarse a estudiar algo porque sientes curiosidad. Apasionarte por el tema que te provoca curiosidad y con ello estudiar e investigar. Llegar a conocimientos nuevos, mejorar. Pero lo cierto es que por desgracia, esta visión o esta descripción es sólo válida para unos pocos. En este artículo quiero criticar la falta de curiosidad y pasión de la sociedad general actual, especialmente de nuestros jóvenes, más especialmente de nuestros jóvenes estudiantes de carreras científicas.

Este año he terminado la carrera de Biología, han sido 4 años en los que ha habido de todo, pero si tuviese que quedarme con un sentimiento o impresión, sería la falta de curiosidad, la falta de pasión de mis compañeros. En mi utópica mente de chico apasionado por la ciencia y los grandes y pequeños misterios de la vida, el hecho de maravillarse por cosas científicas, el hecho de leer / escribir / disfrutar sobre ciencia en tu tiempo libre es algo que está a la orden del día. Algo de lo que sentirte orgulloso, algo que compartirías encantado con otros como tú. Me di de bruces cuando me di cuenta, de que el 90% de los estudiantes de lo que se supone es para ti una ciencia apasionante, están en la carrera por “hacer algo”, porque “no sabía que otra cosa hacer”, porque “mis padres querían que hiciera algo y esto es decente dentro de lo malo”.dibujo_animado_al_azar_de_la_curiosidad_pegatina-r7e28625556ef41d18a43dcdf4f199f4f_v9waf_8byvr_512

El golpe pasó de leve a severo cuando compruebas que a la gran mayoría de tu clase le interesa más pegarse la fiesta padre hasta perder la conciencia los Viernes, que poder trabajar en un laboratorio aunque sea de forma desinteresada, como tengo la suerte de poder hacer desde hace 1 año y medio. En ese momento te das cuenta de que algo falla, por estadística podrías pensar que eres tú, pero si te paras a pensar y analizas la situación, piensas que hoy en día ser la oveja negra, el friki de la clase, el diferente, el raro, es un gran indicador de que puedes estar orgulloso de cómo lo estás haciendo, siempre en el contexto de los primeros párrafos, la sociedad cojea de un pilar llamado interés por el conocimiento.

Si señores, ser el curioso en un entorno de mentes inertes en lo que respecta a ciencia/conocimiento, ser el punto fuera de la campana de Gauss en esa gráfica sobre “apasionados por la ciencia”, puede resultar frustrante si nos basamos en lo que se valora hoy en día en un ambiente joven. Perderás popularidad y posibles “amistades”, mientras todos comen en grupo tu estarás comiendo solo porque no soportas sentarte y tener que escuchar como hacen de temas banales sus motivos de existencia, pero si eres fiel a tus principios, enhorabuena, personalmente para mí has conseguido algo poco visto y valorado hoy en día.   Has conseguido escapar de la tan erróneamente valorada opinión de la masa, una masa que considero deja mucho que desear. Y si como yo, tienes la suerte de no tener que comer solo y ser acompañado de un pequeño pero enorme grupo de gente con la que compartes ese rasgo que considero vital para evolucionar como conjunto, la enhorabuena ha de ser doble.

¿Porque considero errónea a la masa? De ejemplos podría llenar la biblioteca de Alejandría, pero uno reciente bastará. El día 4/10/2014, se ha realizado en la historia de Mallorca la segunda TEDx, un evento de charlas en su mayoría científicas, cuanto menos interesantes. El evento contaba con un máximo de asistentes, 300, teniendo que pagar una entrada de 30€. Además se había preparado en una gran sala un streaming para hasta 100 universitarios que quisieran disfrutar de las charlas sin tener que pagar. Entre el streaming y el directo, dudo que se haya llegado a los 200-225 asistentes. Palma de Mallorca tiene aproximadamente 1 millón de habitantes. Con que un 0,04% tuviese la curiosidad o las ganas de apoyar uno de los pocos eventos “científicos” o cuanto menos “intelectuales” que se realizan en la Isla, habría habido lleno. ¡Un 0,04%! Si solo en carreras de ciencia en la Universidad de las Islas Baleares se superan los 1000 estudiantes, ¿tanto costaba encontrar 400 interesados? El moderado éxito del evento podría deberse a una falta de publicidad, a una falta de promoción, a un evento mal organizado y poco llamativo, o a una falta de curiosidad, una falta de pasión, una falta en la sociedad general en cuanto a querer cambiar algo de su tiempo libre un sábado por conocimiento, por el nutriente de nuestro cerebro, nuestra herramienta evolutiva, lo que nos convierte en humanos.

Una-explicaciones-cientifica-de-la-curiosidad-3El gobierno continúa recortando en ciencia, aquello que ha permitido entre otras muchas cosas, que exista un gobierno. Sin curiosidad que desemboca en realizar ciencia, no habría habido agricultura, no habríamos evolucionado hasta la época actual, no habríamos pasado de ser cavernícolas. Las manifestaciones cada vez más populares en nuestro país, dejan mucho que desear cuando el motivo de manifestarse es reivindicar la falta de apoyo a la ciencia en España. La falta de apoyo a esa gente que está trabajando para que algún día algún gobernante pueda ser tratado de algún cáncer, aquella gente que está permitiendo una mejor calidad de vida en pacientes con Alzheimer, aquella gente que mejora la tecnología actual para hacer nuestra vida más entretenida, segura, cómoda, o aquella gente que trata de reducir los efectos de algún desastre medioambiental a través de la biotecnología. Si comparamos el número de personas que se manifiestan a favor de la ciencia en comparación a la que se manifestaría si decidiesen quitar algún programa basura de TV (ahorraré nombre para salvaros de la obviedad). ¿Llegaríamos a ese 0,04% antes mencionado?

Los culpable de los recortes son directamente los gobernantes, pero la problemática viene de lejos y radica en la sociedad. A todos nos gustaría poder ser tratados de algún tumor con algún medicamento eficaz, ¿verdad? Como dijo un profesor mío, ¿cuántas colas ves en las farmacias para que el descubridor de un medicamento firme cajas que están salvando vidas? ¿Pero cuánta gente hace cola para que Belén Esteban firme ese montón de papel inservible por llamarlo de alguna manera? La sociedad está mentalmente inerte, no reacciona más que con compuestos llenos de banalidad y estupidez. Los jóvenes responden mejor sobre los tronistas de Mujeres, Hombres, y Bicepsberzas que sobre el inventor / descubridor de las vacunas o sobre quien dijo que la Tierra no es plana. Siento vergüenza ajena al saber que más gente ha leído el libro de Belén Esteban que el apasionante libro de “What is Life” de Erwin Schrödinger. Siento decepción al saber que miles de personas viven ignorantes respecto al mundo que les rodea, respecto a la vida, y la multitud de cosas que esta ofrece. Decepción en ver a millones de personas completando el Candy Crush tras cientos de horas mientras no se han parado a pensar que tecnología, física y química hay detrás de un increíble dispositivo como un Smartphone.

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Dentro de tanto pesimismo, siento alegría y agradecimiento al saber que una pequeña parte, pequeña pero enorme y para mí realmente valiosa de la sociedad, suscribirá estas líneas y se sentirá identificado con mi sentimiento. Me siento reconfortado al saber que no estoy solo en esta lucha contra la ignorancia y la conformidad, contra la muerte de la curiosidad. Siento orgullo al saber que esa pequeña parte consigue evadir los estándares actuales y dedicar parte de su vida a satisfacer su curiosidad, brindando la posibilidad de satisfacerla a los demás. Siento coraje pero a la vez agradecimiento al saber que muchos se dedican a este oficio inestable y poco remunerado que se llama ciencia, a mejorar el mundo aportando su granito de arena, mientras otros millones consumen ese granito sin preguntarse siquiera si el que lo ha aportado podrá comer a final de mes. Por todos vosotros va este artículo, por todos vosotros dedicaré mi tiempo a promover la curiosidad y la pasión, a todos vosotros, gracias de corazón.

Nuestra Historia: Hasta lo que Somos.

Al principio todo era oscuridad. Al principio, y mucho tiempo después lo fue, por lo menos, para cada uno de los lectores que se encuentra leyendo ahora mismo esta entrada.

Imaginen que todo lo que sabemos sobre el origen del universo es cierto. Pues bien, de ser así, piensen por unos instantes, que hace unos 13.800 millones de años apareció un atisbo de luz en el espacio que cambiaría para siempre el rumbo de la historia. Esa luz no sólo sería creadora de todo aquello perteneciente a lo que observamos en nuestros días, sino a muchas otras estructuras que, debido al momento en el que nos encontramos actualmente, no hemos podido presenciar.

Si la película que describe nuestro Universo es de 13.800 millones de años, la mía, por ejemplo, consiste en un fragmento de apenas 21 años… ¡¡Cuánto me he perdido!! Solamente nacer y ya llego demasiado tarde para ver la película. A pesar de ello, resulta curioso que aún llegando tarde, podamos ser capaces de entender los inicios de ésta. Es como si los materiales que componen nuestro cerebro le chivasen a la mente aquellos sucesos que habían acontecido con anterioridad hace ya muchísimo tiempo.

Y es que nuestros propios materiales -que exquisitamente coordinados nos permiten realizar una ingente cantidad de labores- no siempre fueron lo que ahora son. Ellos también tuvieron su propia historia. Sus relatos nos cuentan que para poder formarse y ser lo que son, debieron de existir estrellas colosales, cuya envergadura fue mucho mayor que nuestro Sol. Éstas se encargarían de formar elementos cada vez más pesados y de dar potentes fogonazos de luz, como inmensos faros, a regiones locales de nuestro Universo.

Del mismo modo en que nacieron, también debieron de morir, para que posteriormente diesen lugar a aquello a lo que estamos acostumbrados a contemplar: nuestra esfera azul. Aún así, no tenemos por qué envidiarlas: ellas vivieron durante muchísimo más tiempo que nosotros, y lo seguirán haciendo, aún cuando nosotros no nos encontremos ni a nosotros mismos.

Así pues, la muerte de una entre millares de estrellas ofrecería la posibilidad de que sus materiales, ahora más complejos, se dispersaran por el espacio, pudiéndose formar nuestro planeta. De los 13.800 m.a., han transcurrido ya 9.800 m.a. de película y nosotros, no somos ni siquiera un proyecto a corto plazo.

El escenario quedaría del siguiente modo: una estrella mucho más primitiva (nuestro Sol) y sus planetas circundantes orbitándola.

Al irse enfriando nuestro planeta, los materiales presentes por aquel entonces, poco a poco empezaron a agregarse, llegando a formar las primeras formas de vida. Dichas formas de vida estarían constituidas por células y colonias celulares que aprovecharían los recursos energéticos que el Sol les habría brindado: energía solar y química.

Éstas poco a poco irían explotando y consumiendo dichos recursos e, inconscientemente, transformarían y moldearían nuestro planeta, dictando el futuro de las siguientes formas de vida venideras.Seguidamente, aparecerían organismos pluricelulares, seres vivos más complejos que evolucionarían a partir de las formas de vida preexistentes. Sin embargo, para que cada uno de nosotros tuviese su papel en el Universo, quedaban unos interminables 3.000 millones de años de lucha por la supervivencia, donde nuestros antepasados debían de sobrevivir y acertar en las dotaciones genéticas que darían lugar a cada uno de nosotros. ¿Se hacen una idea de lo que es una guerra biológica por nuestra existencia que durase unos 3.000 millones de años?

Si solamente uno de entre todos nuestros antepasados hubiese decidido tomar una decisión ligeramente diferente a la que tomó, como seleccionar a una pareja diferente a la que seleccionó, en estos momentos yo no les estaría contando esta historia y, muy posiblemente, ninguno de vosotros sería testigo de ella. No conoceríais a vuestros padres, familiares y amigos. Cualquier experiencia, como el  ver, sentir o recordar sería totalmente suprimida de la memoria universal. Sencillamente, el Universo nos habría dado la espalda y no nos habría concedido la oportunidad de pertenecer a su historia.

Pero, afortunadamente, para nosotros no fue así. Una serie de fortuitas casualidades permitieron que dos estructuras atraídas por la química nos formasen a cada uno de nosotros. Así pues, bienvenidos y encantado de conocerles. Quien crea todavía que le puede tocar la lotería, es que no se ha enterado de la historia.

Un saludo,

Adrián Ch. 

 
 

Robosapiens: ¿Los Cerebritos del Mañana?

En la actualidad, se diseñan todo tipo de máquinas con una gran variedad de funciones. En la Revolución Industrial, las máquinas aseguraban una mayor productividad a los humanos; pero también les quitaban el trabajo a muchos de éstos. No era de extrañar, por aquel entonces, que algunos grupos de trabajadores intentasen inhabilitar dichas máquinas, con el fin de poder llevarse algo más a la panza a fin de mes.

Mucho más adelante, sin que nos diésemos apenas cuenta, la complejidad de la maquinaria industrial fue yendo cada vez a más. Y es que un nuevo campo de la ingeniería que recibe el nombre de robótica estaba empezando a tener su lugar en nuestro mundo.

Como sabréis, cada vez los robots pueden hacer más cosas, y mucho mejor. No sólo eso, sino que el ritmo al que avanzan me resulta apabullante. Además, países como Japón poseen robots humanoides muy semejantes en apariencia física externa a un ser humano. Los movimientos de la cara están muy bien logrados, y todavía se siguen perfeccionando, hecho que me parece curioso, porque: ¿Por qué tener un robot que se asemeje mucho a nosotros y no diferente?

Pues bien, hay algunos que afirman que si se asemeja a nosotros, con extremidades posteriores bípedas y dos anteriores para la manipulación de objetos, serían de vital importancia para ayudar al ser humano a realizar tareas domésticas, del mismo modo en el que la lavadora nos ayuda a limpiar la ropa o el microondas a calentar la comida. Otros afirman que se produce un rechazo natural por parte del ser humano cuando éste observa un ser semejante a éste pero cuyos patrones faciales (entre otros) no acaban de coincidir con la idea de “miembro de su especie” y, por ello, se produce un rechazo. Así pues, la solución para aquellos que deseen comercializar el robot seguramente sería la de hacerlos cada vez más semejantes a nosotros, con la finalidad de que éstos sean aceptados en la sociedad.

Por otro lado, como ya he comentado con anterioridad, los robots cada vez son capaces de realizar más actividades. Pero, una de las preguntas que tengo, es la siguiente: ¿Podrá el ser humano algún día sintetizar una máquina más inteligente que éste? Es decir, una máquina más inteligente que el creador de ésta.

Si se define a la inteligencia como la capacidad de solucionar correctamente problemas en un cierto intervalo de tiempo, entonces mi respuesta es un rotundo: sí. Para aquellos que crean lo contrario, les intentaré convencer con el ejemplo que comentaré a continuación.

Recuerdo haber visto un documental en el que un profesor de universidad se dedicaba a estudiar cómo las palomas que tenía en su laboratorio resolvían un problema que él les planteaba. Éstas permanecían observando una pantalla en la que aparecía un determinado patrón, y lo solucionaban notablemente. Sin embargo, cuando el profesor se dispuso a realizar el mismo experimento con sus alumnos, la cosa no fue tan bien… ¡ni de lejos!

 Al final de la prueba, ningún alumno afirmó convenciéndose a sí mismo de que había realizado la prueba sin que le temblase el lápiz a la hora de resolverla. Lo cierto es que ninguno supo resolver el problema. ¿A qué fue debido? ¿Acaso no somos más inteligentes que una paloma?

El hecho es que al poseer el ser humano un gran grado de complejidad cognitiva, éste intentaba buscar una solución razonable al problema que se le planteaba, barajando con ello un montón de posibilidades; sin embargo, la paloma, con un cerebro extraordinariamente más rudimentario y pequeño que el nuestro, identificaba el patrón con facilidad, ya que no debía de analizar sus múltiples opciones en su cerebro. Sólo tenía esa, y le iba bien para solucionar ese problema concreto. Si de dicho problema se hubiese tenido que depender para sobrevivir, sin lugar a dudas, la paloma hubiese sido la más adaptada.

Por tanto, yo diría que se puede concluir que para la resolución de dicho problema, la paloma era un ser más inteligente que el ser humano, aunque éste hubiese sido el que hubiese diseñado el experimento.

Dense cuenta que al principio comenté que la inteligencia no sólo era la capacidad de resolver un problema, sino de resolverlo y por unidad de tiempo. Ello se puede observar en los test de inteligencia, en los que el tiempo es una variable que influirá en el resultado de aquel que desee realizarlo.

En nuestro caso, para resolver el problema planteado por el profesor, primero lo observamos, la información circula por nuestro cerebro a gran velocidad, a través de una intrincada red neuronal hacia un área determinada y luego efectua la respuesta, lo que también conllevaba otro recorrido. Lo que pretendo dar a entender es que para la solución de un problema, en nuestro caso, se requiere de un cierto intervalo de tiempo, debido a que la velocidad con la que corre la información es debida, en cierta medida, a la estructura y el tamaño de los axones de las neuronas.

Sin embargo, considero que en una máquina el resultado debería de ser muchísimo más rápido. Piensen que a día de hoy se está barajando la posibilidad de que aparezcan los ordenadores cuánticos. Estos ordenadores irían a muchísima mayor velocidad que cualquier otro ordenador convencional y resolverían problemas muchísimo más rápido. Ahora bien, piensen qué ocurriría si se introdujese un ordenador cuántico, con capacidad de analizar grandes cantidades de información en una carcasa ovalada y de aspecto humanoide: tendríamos a un ser algo semejante a nosotros y capaz de resolver muchísimos problemas y, tal vez, mucho mejor que un ser humano. ¿Recuerdan la partida del célebre jugador de ajedrez Kasparov contra la máquina Deep blue? Aquella máquina, en los inicios de la informática, ya dio un muy buen juego.

Imagínense lo que sería tener el poder de un millón de ordenadores domésticos en uno solo. Más aún, imaginen si se reúne a un grupo de ordenadores cuánticos cada uno realizando una diferente función pero que interactúen entre éstos, de manera que los datos proporcionados por uno influyan en el resultado del otro.

A día de hoy, los grandes descubrimientos del ser humano han venido dados por grandes mentes, gente que por sus habilidades cognitivas ha aportado un granito de conocimiento a la humanidad. A pesar de ello, la cantidad de gente existente capaz de llevar a cabo grandes descubrimientos en un determinado campo como, por ejemplo, en el de la física, es escaso. Ahora bien, superando la barrera genética que permite que haya cierto número de individuos sobresalientes y añadiendo grandes cantidades de estos ordenadores, me imagino un aumento exponencial en el conocimiento de aquello que nos rodea. Es como si estas máquinas pudiesen ser aceleradoras del conocimiento, del mismo modo en el que los enzimas de nuestro organismo hacen que las reacciones espontáneas se den con mayor rapidez y, de tal importancia son, que sin éstos es muy posible que no existiese cualquier forma de vida que se conoce, ni siquiera, un robot. ¿Por qué no llamarlo forma de vida? ¿Acaso no es semejante a nosotros y constituido por muchos de los elementos químicos que forman nuestro organismo? ¿Qué es, en definitiva, la vida? Bien, ese es otro tema del que no tengo una respuesta, pero todo el mundo reconoce qué cosas están vivas. Quizás los robots se les deba llamar formas de vida de segundo tipo, es decir, aquellas que necesitan de las de primer tipo (otros seres) para su existencia. Esto ha sido todo por hoy.

Un saludo,

Adrián Ch.

Mente y Cerebro: Tercera Parte. Una Perspectiva Cosmobiológica

Así en la Tierra como en el Cielo

Este comentario, durante mi niñez, lo llegué a escuchar como otros muchos mientras estaba en misa con mi ya difunto abuelo. Era uno entre los muchos comentarios que un niño, joven, adulto o anciano podía escuchar en una Iglesia.

Yo, por aquel entonces, no tenía muy claro el por qué iba a misa. Sabía que cada cierto día de la semana acudía a ésta y que el sermón del cura iba a ser diferente al de la última vez que asistí. Pasado ya un cierto tiempo, de entre todo lo escuchado durante un corto periodo de mi niñez, la frase expuesta al inicio de la entrada me iba a ayudar a ver el mundo de modo diferente.

Un buen día, a los 8 años, observé un libro que hablaba de fractales. Yo no sabía qué era un fractal, pero las imágenes de la portada me animaron a seguir sabiendo más cosas acerca de este tema.  Descubrí que un fractal era un objeto geométrico cuya estructura básica se repetía a diferentes escalas, llegando a alcanzar valores infinitos.

Ejemplos de fractales son las ramificaciones observadas en nuestro sistema respiratorio, en los bronquios, los bronquiolos y los alveolos pulmonares. El patrón de ramificación presente en los árboles es otro ejemplo, en el que las ramas se expanden en múltiples direcciones y de igual modo. También este patrón yace en estructuras inertes como el Río Nilo o los ríos de metano de Titán, una de las lunas de Saturno.

Otro ejemplo de fractal es la siguiente planta perteneciente a la familia de las umbelíferas y que resulta muy común de encontrar en el campo:

Queen Anne's Lace

En esta imagen que ha sido retocada por mi (debéis de perdonarme, pero no soy un artista con el “paint”, pero eso es de menos, el objetivo es informar) se observa una macroestructura en forma de paraguas (umbela) que contiene multitud de uniones a otras estructuras más pequeñas que rematan en flores blancas (umbelas). Si se observa con detenimiento,éstas poseen una gran semejanza con la estructura mayor que las contiene. Así pues, he señalado con líneas y puntos de diferentes colores las semejanzas que se encuentran entre las microestructuras y la macroestructura. Por tanto, lo que quiero dar a entender es la idea de repetición.

Así pues, en unos casos los fractales se observan en una infinidad de seres vivos; mientras que en otros los observamos en aquello que yace inerte, como son los ríos. A continuación les mostraré dos imágenes y les explicaré la historia que subyace en cada una de éstas, así como la relación que tienen ambas y la extrapolación que hice para alcanzar a una idea mayor.

fasfas

Pensad a qué hacen referencia estas dos imágenes. Si no lo tenéis claro, os lo haré saber: la imagen de la izquierda corresponde a un corte histológico del cerebro observado en microscopía electrónica, en el que se pueden observar las conexiones entre neuronas; mientras que en la imagen de la derecha se puede observar cómo se organizan millones de galaxias en el espacio por acción de la gravedad. Para entender la grandeza de ésta última, debéis tener presente que cada punto pequeño amarillo correspondería a una galaxia, así que háganse una idea de la escala a la que estamos indagando.

Como se puede observar, estas dos imágenes poseen una extraordinaria semejanza estructural y siguen un mismo patrón fractal. Una pertenece a nuestro planeta; mientras que otra está presente en el vasto espacio sideral. Por tanto, en lo microscópico y vivo, así como también en lo macroscópico e inerte, observamos un mismo patrón. He aquí el significado que ha tenido en mí la frase expuesta al inicio de la entrada. El mismo patrón que sucede en lo que vemos día a día, a nuestros pies, es lo mismo que se halla en el espacio, más allá de nuestra cúpula azul.

Así pues, si ambas fotos corresponden a un mismo patrón, y una da lugar a la mente… ¿Será que todo nuestro universo es en realidad un ser vivo, capaz de pensar, analizar información, soñar, etc.? ¿Por qué no podría serlo? ¿Qué lo impide? ¿Acaso nuestras células saben que forman parte de un conjunto mucho mayor y que contribuyen al pensamiento de un organismo?

Existen teorías pertenecientes en el campo de la astronomía que ofrecen la posibilidad de que nuestro universo sea tan sólo uno entre muchos y posea unas leyes físicas que serían parcial o totalmente diferentes del resto de universos. Sin embargo, la existencia de otros universos, a día de hoy, no ha sido corroborada.

Aun suponiendo que nuestro universo fuese en realidad una especie de macrocerebro, ¿Por qué detenerse ahí? ¿Por qué ponerle límites y que este macrocerebro no perteneciese, en realidad, a un conjunto de macrocerebros que forman parte de un cerebro mayor? ¿No hemos comentado que los fractales son repeticiones geométricas infinitas?  ¿Por qué se debería de dar el patrón en la planta umbelífera y no en todo el universo?

Aceptando lo dicho con anterioridad, se entendería que el universo no fuese finito y no sería una rareza afirmar que nuestro universo fuese infinito. Al fin y al cabo, toda cosa existente en el nuestro es información, y la información no tiene por qué ser tangible y tener límites.

Por ejemplo, en un videojuego, podemos observar el hecho de que si nos dirigimos con nuestro personaje virtual hacia una pared, no podemos penetrarla. En este caso, la pared no es una barrera física. Ésta, al igual que todo lo que sucede en el juego, es información y viene dada por las reglas del programador. Lo que ocurre es que las leyes del juego impuestas por nosotros determinan que ese límite no se puede rebasar. Así pues, si nuestro personaje pudiese ser consciente de su entorno y de responder ante él como lo haría un ser humano, aquella pared virtual le resultaría  tan física y tangible para él como lo es cualquier pared u obstáculo presente en nuestro hogar para nosotros. Quizás el universo haya hecho lo mismo con nosotros y se haya repartido un compendio de leyes para que con éstas se pudiesen realizar determinados actos.
Es como si la información jugase con la información y el mismo juego, repetido una y otra vez, no tuviese un fin, del mismo modo en el que tampoco tuvo un inicio.

Espero que reflexionen y comenten.

Un Saludo,

Adrián Ch.

 

Mente y Cerebro: Segunda Parte. Un Enfoque Alternativo

El Principio de Superposición Cuántica afirma que un sistema material cuántico, como un electrón, es capaz de estar en dos lugares diferentes a la vez siempre y cuando el observador no incida directamente en la realización del experimento. Los resultados de éste pueden variar en función del grado de intervención del investigador.

El Entrelazamiento Cuántico es una propiedad que se predijo en el año 1935 por Einstein, Podolsky y Rosen. Al tener dos partículas cuánticas entrelazadas A y B separadas una cierta distancia, si se dispone a dar una determinada orden a la partícula A (dando a entender que le sucede cualquier cosa), inmediatamente la partícula B percibirá el cambió y responderá en consecuencia, independientemente de la distancia que las separe. Más aún, si uno de estos dos sistemas, en un momento dado, desaparece (pongamos que desaparece la partícula B), se puede lograr que se entrelace el sistema A con el sistema B, aunque este último haya dejado de existir.

La Teoría de Sistemas afirma que todo sistema está formado por un conjunto de componentes o subsistemas que interactúan entre ellos de un modo más fuerte que cualquiera de ellos con un componente no perteneciente al sistema, es decir, un componente externo. Además, establece que el Todo (es decir, el Sistema) no es sólo el producto de la suma de sus componentes; sino que es todo lo anterior sumado a la aparición, como consecuencia de dicha interacción, de las propiedades emergentes.

Pero, ¿Por qué me ha dado por hablar de física, cuando lo que promete la entrada es hablar del cerebro? Para saber la respuesta, se ha de haber leído la entrada anterior. En las últimas líneas de dicha entrada hacía referencia a la importancia que tiene en mí el cerebro, así como también la inteligencia animal, que forma parte de la mente y que ésta, a su vez, es una propiedad emergente, cuyo sistema es el cerebro que, a su vez, está formado por subsistemas: diminutas y laboriosas unidades celulares que se intercomunican unas con otras mediante leyes físicas (electricidad) y químicas (neurotransmisores, hormonas, etc.) dando lugar a una vasta e intrincada red neuronal, capaz de regular el control de todo nuestro organismo.

El hecho de que me apasione el cerebro es debido a las propiedades emergentes que tiene, que son muchas como, por ejemplo, la capacidad de poder ver, escuchar, resolver problemas abstractos, sentir placer o dolor, memorizar, soñar, amar, etc. Todas ellas me parecen un auténtico misterio que, en mi opinión, es digno de estudio.

Puedo entender que las mismas leyes naturales de física de fluidos que se encuentran presentes en un vaso circulatorio sanguíneo, como el flujo de sangre que puede pasar por un determinado capilar de un diámetro determinado (y, por tanto, de algo perteneciente a un sistema vivo) se puedan aplicar a una manguera en cuyo interior encontramos agua a una cierta presión circulando por una objeto cilíndrico muy similar en estructura a un capilar.

Es decir, aquí estoy relacionando una misma ley física para dos cosas: una que se considera viva y otra que no lo está. Como he dicho con anterioridad, puedo entender que esto sea así, del mismo modo en que la bomba de un pozo pueda hacer ascender el agua desde las profundidades de éste, similar a lo que realiza nuestro corazón con la sangre. Todo ello me resulta sumamente fácil de visualizar y de realizar una predicción matemática de los resultados fruto de la interacción entre dichos subsistemas y conociendo sus valores.

Ahora bien, lo que me parece una soberbia y descarada demostración es lo que es capaz de hacer todo el entramado neuronal. Recuerdo estar el año pasado en la universidad, en las prácticas de laboratorio, observando diferentes variedades de tejidos. Cada uno de éstos tenía su complejidad, con sus células especializadas, cuyas funciones eran, entre otras, la excreción de moléculas al medio exterior, enviar señales, etc. Sí, todo un sistema elaborado pero, en mi opinión, muy predecible, en el estricto sentido de que cualquiera puede imaginar una vacuola excretando las sustancias nocivas de una célula al exterior como si fuese un saco de grasa lleno de estiércol (por poner una analogía).

En un determinado momento, se procedió a poner un corte histológico del cerebro de un ratón en la platina del microscopio óptico y recuerdo quedarme maravillado observando la muestra, preguntándole lo siguiente: ¿Qué tendrás de diferente del resto de células del organismo, que a pesar de tener un mismo origen genético y estar agrupadas y comunicadas como lo hacen el resto, con cierto grado de diferenciación específico, seas capaz de dar lugar a algo tan exquisitamente complejo como es la consciencia? ¿Cómo se puede explicar matemáticamente, físicamente o químicamente la aparición de estas propiedades?

El hecho es que la teoría de sistemas afirma que aparecerán nuevas propiedades como resultado de la interacción de los componentes (neuronas) que forman el sistema (cerebro) pero, en este caso, uno no puede predecir matemáticamente que el fruto de la red neuronal sea la mente. Se sabe que existe, y nada más.

Por otro lado, no creáis que me he olvidado de las dos primeras leyes físicas que he mencionado al inicio de la entrada. Todo lo que pongo es siempre por algo. A continuación, os presentaré la parte innovadora. Intentaré aplicar conceptos de la mecánica cuántica al campo de la cognición. Mi objetivo es el de intentar ofrecer una explicación racional y multidisciplinar (abarcando mecánica cuántica y biología) sobre el por qué de ciertos fenómenos que pueden acontecer en determinadas situaciones límite.

Es posible que alguna vez hayáis tenido la ocasión de haber escuchado a algún familiar, amigo, compañero o, simplemente un desconocido, en algún medio informativo o en persona, el hecho de que mientras éste yacía en una situación de salud mental crítica como, por ejemplo, estado de coma, haya podido, de algún modo que se desconoce, desdoblarse y observarse a sí mismo tumbado en la cama del hospital (por poner algún lugar). No solamente eso, sino también mencionar que tenía la capacidad de poder ver y escuchar a sus familiares llorar y, más aún, poder desplazarse de una sala a otra, sin que los límites impuestos por las paredes fuesen un obstáculo. Y por si fuese poco, que algunos de estos “pacientes del otro lado” se encontrasen unidos a su cuerpo físico mediante una especie de hilo que podían tensar (o no), a su antojo.

La pregunta es: ¿Cómo explicar el poder ver lo que hace el médico de la sala de al lado con todo lujo de detalles? ¿Un déficit de oxígeno en una determinada área cerebral? Tal vez sí, o tal vez no. No sé el motivo por el que ocurre, pero intentaré ofrecer una hipótesis (siempre aceptando que sea cierto el hecho de que uno se puede desdoblar) sobre cómo explicar que un ser humano postrado en una cama, con los ojos cerrados, quieto y en unas condiciones de salud que ponen en jaque a la propia muerte, pueda ser capaz de realizar justamente lo contrario y volver (si es que alguna vez se fue), para contarlo.

Pues bien, empezando por el principio de superposición cuántica, éste afirma que una partícula cuántica puede estar en dos estados al mismo tiempo. Si el cerebro es el producto del flujo de electricidad, y la electricidad es debida a una corriente eléctrica, por qué no pensar que muchas partículas de nuestro cuerpo, en un momento dado, dan lugar al “otro ente”. Aún no pudiendo explicar satisfactoriamente este suceso, y suponiendo que éste sucede porque es otra de las propiedades emergentes que posee nuestro cerebro y que desconocemos, ¿Cómo explicar que el paciente, al levantarse, sea capaz de contar lo ocurrido? Es decir, le ha tenido que venir la información de algún lugar que está ubicado a una cierta distancia respecto a éste. Sí, estoy haciendo referencia al entrelazamiento cuántico. Quizás, ese ente que está captando información en lo alto de la sala, está modificando nuestro cerebro (el acto no tiene por que ser voluntario) y actualizándolo debido a que ciertas partículas presentes en el ente se encuentren entrelazadas con nuestro cerebro (quién sabe, quizás con ese hilo que hablaba con anterioridad y que conectaba a las dos realidades), de modo que al despertarse, éste pueda ser capaz de explicar lo acontecido a todo aquel que esté dispuesto a escuchar.

No necesitamos de ojos para ver un cuadrado. Podemos cerrar los párpados y visualizarlo. Si realizamos la prueba diferentes días seguidos, estoy seguro de que el cuadrado observado el día 3 no se parecerá al cuadrado observado el día 10; sin embargo, hemos sido capaces de visualizarlo, porque nuestro cerebro tiene el potencial de hacerlo. ¿Por qué no iba a tener algún potencial cuya propiedad emergente desconocemos y que se manifiesta en un momento dado de nuestra vida? ¿Sería por ello menos interesante? ¿Por qué no aprender de los nuevos avances en múltiples áreas del conocimiento para abarcar un problema, cuyo origen (el cerebro) está gobernado por leyes físicas y químicas?

Me cuesta creer que existe un “espíritu”, por el hecho de que los que estudiamos ciencias biológicas aprendemos que todo lo que constituye la materia viva se reduce a elementos materiales. A pesar de ello, no me parecería nada extraño el hecho de que alguien, en algún momento, me pudiese demostrar que el espíritu es una realidad como cualquier otra. ¿Por qué nos iba a extrañar? ¿Acaso la historia no nos enseña una y otra vez que aquello que había perdurado como una realidad inalterable durante miles de años había acabado por sustituirse por una nueva visión del mundo?. Al fin y al cabo, “¿Sabe la mariposa que una vez fue gusano?” o “¿Qué sabe el pez del agua donde nada toda su vida?”. Espero que reflexionéis sobre el tema y que éste haya sido de vuestro agrado.

Un cordial saludo,

Adrián Ch.

La chispa de la vida y las propiedades emergentes

“Un término usado en ciencia, teoría de sistemas, filosofía, urbanismo e incluso arte, las «propiedades emergentes» o «emergencias» se refiere a esas propiedades que surgen del funcionamiento colaborativo de un sistema, pero no pertenecen a ninguna parte de él. En otras palabras, las propiedades emergentes son las de un grupo que no resultan posibles cuando cualquiera de los elementos individuales actúa solo. Las ciudades, el cerebro, las colonias de hormigas y los sistemas químicos complejos, por ejemplo, exhiben propiedades emergentes que sirven para ilustrar el concepto.”

Las propiedades emergentes definen la vida.

“La chispa de la vida” es un término que siempre he tenido en cuenta, por desgracia conocido normalmente gracias a los anuncios (hipócritas, ya hablaremos de esto) de Coca-Cola, pero creo que se le puede sacar mucho jugo a ese término, y es que sin duda, hace falta una chispa para la vida, una chispa de magia, que se puede llegar a reducir a una propiedad emergente.

Podemos encontrar propiedades emergentes en cualquier situación o sujeto relacionado con la vida. Partiendo desde la creación misma de vida. Ya hace muchos años se intentó, y se ha seguido intentando sin resultados, crear vida de forma artificial. ¿Cómo? Tratando de recrear las condiciones en la que suponemos que se formó, como preparar una receta de cocina. Si sabemos y disponemos de todos los elementos de los que está formada la vida…¿Porqué no podemos recrearla? ¿Qué nos lo impide? Es ese algo, esa magia, esa especie de pila o procesador invisible que guía y orienta todos los procesos metabólicos de un ser vivo, como si de un ordenador se tratase, ese algo que me fascina desde hace años.

No puedo evitar, al pensar en este tema, que no sabemos nada, a pesar de lo mucho que creemos que sabemos. El cerebro, una de las cosas más complejas que creo que existen actualmente, en realidad no es tan complejo si se mira en una disección. Una masa de neuronas conectadas, con otro tipo de células que soportan a las neuronas, vasos sanguíneos que las riegan…hasta ahí es sencillo, pero que es lo que hace, que cada humano, teniendo un cerebro diseñado bajo el mismo modelo, ¿actúe y piense diferente? Si nosotros tuviésemos la capacidad de crear cerebros artificiales, tened por seguro que todos actuarían de la misma manera frente a una determinada situación, al igual que sucede hoy con móviles, ordenadores, robots, coches…

Editado (02/10/2013): Tal y como comenta nuestro compañero Ángel ,el cerebro no se puede decir que esta diseñado bajo un mismo modelo, porque aunque es así en el momento de la gestación, la capacidad de cambio y alteración de este organo en base a nuestras experiencias y aprendizajes, es tan elevado que su estructura «final» (digamos final a la estructura que tiene en el momento de ser observado) se aleja del modelo creado genéticamente, lo cual explica las diferentes actuaciones de cada uno de nosotros.

Todo, absolutamente todo lo que nosotros creamos, funciona de manera simple con un sistema de receptores-efectores. Los receptores reciben determinadas variables externas e internas, y los efectores están preparados para responder a esas variables de una forma mecánica. Para hacernos una idea, un altavoz, está diseñado para que cuando tu le subes el volumen, el altavoz suene más fuerte, y eso es así siempre ( a no ser que se estropee). Pero la vida y todos sus procesos no funcionan igual, diseñados todos bajo un mismo modelo, todos funcionan ligeramente diferente, y eso, para mí, es la verdadera esencia de la vida, el saber que no estamos programados para responder de forma automática, el poder huir, de cierta manera, de nuestro control químico / hormonal que nos determina que hacer en cada momento, y cuando entramos en esta parte del tema, no puedo evitar poner de ejemplo el suicidio.

El suicidio en mi opinión es lo que mejor ejemplifica que tenemos cierto libre albedrío, el mejor ejemplo para afirmar que podemos escapar de ese control químico y automático de sistemas receptores-efectores. Nada, automáticamente nada en la evolución y se puede observar en todas sus diferentes creaciones, llevaría hacia todo lo contrario por lo que la “vida” ha luchado tanto, el mero hecho de vivir, pero nosotros podemos.

Las propiedades emergentes las encontramos a todas las escalas que conocemos, y el caso más sencillo es el de un reloj. La suma de las piezas de un reloj no da la hora, pero el reloj en si, lo hace. La diferencia es que el reloj ha sido diseñado por un humano inteligente, que conoce cómo interactúan diferentes piezas, y como llegar a un objetivo final. Pero…si cogemos todas las piezas que forman dicho reloj, y las dejamos dentro de una caja, sin mayor alteración…¿acabará dando lugar a un reloj que da la hora? Eso es la magia de la vida, ya que la vida no tiene ingeniero alguno, es sorprendente y a la vez espeluznante, todo lo complejo que somos…mucho más complejo de lo que somos capaces de crear actualmente…¿y se ha formado fortuitamente? No me atrevo a decir que ha sido azar, pero no puedo decir que haya sido lo contrario. ¿Estaría bien afirmar que todo es cuestión de azar, ya que ha habido tiempo y circunstancias cuasi infinitas? Pero…si dejamos las piezas del reloj en la caja y esperamos millones de años y la ponemos en millones de sitios diferentes…¿se formará el reloj? Lo dudo mucho, por eso mismo dudo mucho que la vida sea azar.

Editado (02/10/2013): Tal y como comenta de nuevo, muy correctamente nuestro compañero Ángel , no es comparable las piezas de un reloj, que tienen nula capacidad de por si solas, relacionarse e interactuar con otra pieza, en relación a moléculas orgánicas que tienen la capacidad intrínseca de relacionarse, formar estructuras, cambiar, e interactuar a lo largo del tiempo. Un muy buen apunte, tendríamos que buscar otra analogía que diese pie a dicho argumento.

Sea como sea, doy gracias a la “chispa de la vida”, a las propiedades emergentes, al azar, a la ingeniera invisible llamada “madre naturaleza”, porque gracias a una, o a la suma, o a la propiedad emergente derivada de la suma de los términos anteriores, puedo estar ahora mismo preguntándome estas cosas, disfrutando del principio de la conservación de la ignorancia: “cada respuesta da más preguntas”, y es que, hay acaso algo mejor, ¿que saber que las preguntas no terminarán nunca? Creo que para los curiosos, la respuesta es no, y es que es un principio, que no tiene final.

Un saludo compañeros de reflexión.

Javier Fernández.

Definición inicial extraída de : http://www.ehowenespanol.com