La curiosidad creó al gato. Carta abierta en contra de la falta de curiosidad de la sociedad general.

¿Por qué me interesa tratar diferentes temas? ¿Qué me mueve a ello? ¿Acaso no es suficientemente complejo cualquier concretísimo tema como para encima abarcar más de uno?  Con origen en el latín, curiosĭtas, la curiosidad es la intención de descubrir algo que uno no conoce. Dicha voluntad suele enfocarse a cosas que a la persona no le atañen o que, supuestamente, no le tendrían que importar. Curiosidad para mí es sinónimo de mente inquieta y despierta, antónimo de conformismo y pasividad. La curiosidad es uno esos rasgos psíquicos que considero vitales, y parafraseando al famoso Einstein; no hace falta tener ningún talento especial, simplemente ser apasionadamente curioso. Vamos a hablar de curiosidades y pasiones.

Soy consumidor habitual de todo tipo de charlas científicas, ya sean de divulgación general o más especializada en congresos. Desde eventos como el gran Naukas de Bilbao, hasta el mundialmente conocido como movimiento TED, y he observado algo en relación a la actitud de los ponentes. Lo que hace que una charla se me quede impregnada en el cerebro tras unas buenas sinapsis neuronales, no es el tema, como pensaba anteriormente. Es la capacidad del ponente de transmitir su pasión por el tema que explica lo que hace de una charla que a priori no te interesaba, algo realmente apasionante. Y es que cualquier tema puede ser apasionante si es enfocado de la manera adecuada. Pongamos un ejemplo.

7219802_origDurante unas clases de Fisiología Animal hubo una serie de conferencias de investigadores de mi universidad (UIB). En una de esas conferencias acudió Luís Barceló Coblijn a hablar sobre el lenguaje y su evolución. El tema, a priori, no es de mi interés, pero de todas las charlas que hubo, fue la que más me gustó y la que más recuerdo. El motivo es simple, supo transmitir la pasión y el interés que él ve en ese tema hacia los demás. Es como cuando un amigo te cuenta una película que le ha encantado. Puede que la película finalmente no sea merecedora de un Oscar, pero si te la cuenta con pasión, hará que quieras verla, y cuando lo hagas, lo harás con mejores ojos o expectativas, con interés.

Con esto no quiero decir que todos los temas tengan que encantarte porque haya en el mundo alguien que pueda ponerle pasión al asunto, pero en nuestro caso, si acabas dedicándote a investigar en algún campo en concreto, es porque has encontrado en él la curiosidad. Encontrarás en ese campo preguntas sin respuesta. De la preguntas surgirá la intención de estudiar para comprender y responder. Ante la dificultad de cualquier respuesta, si eres curioso, no sentirás más que una dosis extra de curiosidad, derivada del hecho de pensar que cada respuesta lleva a miles de preguntas nuevas, ¡miles de curiosidades nuevas! Me estoy dando cuenta que empleo curiosidad y pasión casi de forma indiscriminada, tomándome la licencia de ignorar lo que dice la RAE, para mí, curiosidad y pasión son siamesas. La curiosidad lleva a la pasión, la pasión conduce a satisfacer la curiosidad.

Todo parece muy bonito: dedicarse a estudiar algo porque sientes curiosidad. Apasionarte por el tema que te provoca curiosidad y con ello estudiar e investigar. Llegar a conocimientos nuevos, mejorar. Pero lo cierto es que por desgracia, esta visión o esta descripción es sólo válida para unos pocos. En este artículo quiero criticar la falta de curiosidad y pasión de la sociedad general actual, especialmente de nuestros jóvenes, más especialmente de nuestros jóvenes estudiantes de carreras científicas.

Este año he terminado la carrera de Biología, han sido 4 años en los que ha habido de todo, pero si tuviese que quedarme con un sentimiento o impresión, sería la falta de curiosidad, la falta de pasión de mis compañeros. En mi utópica mente de chico apasionado por la ciencia y los grandes y pequeños misterios de la vida, el hecho de maravillarse por cosas científicas, el hecho de leer / escribir / disfrutar sobre ciencia en tu tiempo libre es algo que está a la orden del día. Algo de lo que sentirte orgulloso, algo que compartirías encantado con otros como tú. Me di de bruces cuando me di cuenta, de que el 90% de los estudiantes de lo que se supone es para ti una ciencia apasionante, están en la carrera por “hacer algo”, porque “no sabía que otra cosa hacer”, porque “mis padres querían que hiciera algo y esto es decente dentro de lo malo”.dibujo_animado_al_azar_de_la_curiosidad_pegatina-r7e28625556ef41d18a43dcdf4f199f4f_v9waf_8byvr_512

El golpe pasó de leve a severo cuando compruebas que a la gran mayoría de tu clase le interesa más pegarse la fiesta padre hasta perder la conciencia los Viernes, que poder trabajar en un laboratorio aunque sea de forma desinteresada, como tengo la suerte de poder hacer desde hace 1 año y medio. En ese momento te das cuenta de que algo falla, por estadística podrías pensar que eres tú, pero si te paras a pensar y analizas la situación, piensas que hoy en día ser la oveja negra, el friki de la clase, el diferente, el raro, es un gran indicador de que puedes estar orgulloso de cómo lo estás haciendo, siempre en el contexto de los primeros párrafos, la sociedad cojea de un pilar llamado interés por el conocimiento.

Si señores, ser el curioso en un entorno de mentes inertes en lo que respecta a ciencia/conocimiento, ser el punto fuera de la campana de Gauss en esa gráfica sobre “apasionados por la ciencia”, puede resultar frustrante si nos basamos en lo que se valora hoy en día en un ambiente joven. Perderás popularidad y posibles “amistades”, mientras todos comen en grupo tu estarás comiendo solo porque no soportas sentarte y tener que escuchar como hacen de temas banales sus motivos de existencia, pero si eres fiel a tus principios, enhorabuena, personalmente para mí has conseguido algo poco visto y valorado hoy en día.   Has conseguido escapar de la tan erróneamente valorada opinión de la masa, una masa que considero deja mucho que desear. Y si como yo, tienes la suerte de no tener que comer solo y ser acompañado de un pequeño pero enorme grupo de gente con la que compartes ese rasgo que considero vital para evolucionar como conjunto, la enhorabuena ha de ser doble.

¿Porque considero errónea a la masa? De ejemplos podría llenar la biblioteca de Alejandría, pero uno reciente bastará. El día 4/10/2014, se ha realizado en la historia de Mallorca la segunda TEDx, un evento de charlas en su mayoría científicas, cuanto menos interesantes. El evento contaba con un máximo de asistentes, 300, teniendo que pagar una entrada de 30€. Además se había preparado en una gran sala un streaming para hasta 100 universitarios que quisieran disfrutar de las charlas sin tener que pagar. Entre el streaming y el directo, dudo que se haya llegado a los 200-225 asistentes. Palma de Mallorca tiene aproximadamente 1 millón de habitantes. Con que un 0,04% tuviese la curiosidad o las ganas de apoyar uno de los pocos eventos “científicos” o cuanto menos “intelectuales” que se realizan en la Isla, habría habido lleno. ¡Un 0,04%! Si solo en carreras de ciencia en la Universidad de las Islas Baleares se superan los 1000 estudiantes, ¿tanto costaba encontrar 400 interesados? El moderado éxito del evento podría deberse a una falta de publicidad, a una falta de promoción, a un evento mal organizado y poco llamativo, o a una falta de curiosidad, una falta de pasión, una falta en la sociedad general en cuanto a querer cambiar algo de su tiempo libre un sábado por conocimiento, por el nutriente de nuestro cerebro, nuestra herramienta evolutiva, lo que nos convierte en humanos.

Una-explicaciones-cientifica-de-la-curiosidad-3El gobierno continúa recortando en ciencia, aquello que ha permitido entre otras muchas cosas, que exista un gobierno. Sin curiosidad que desemboca en realizar ciencia, no habría habido agricultura, no habríamos evolucionado hasta la época actual, no habríamos pasado de ser cavernícolas. Las manifestaciones cada vez más populares en nuestro país, dejan mucho que desear cuando el motivo de manifestarse es reivindicar la falta de apoyo a la ciencia en España. La falta de apoyo a esa gente que está trabajando para que algún día algún gobernante pueda ser tratado de algún cáncer, aquella gente que está permitiendo una mejor calidad de vida en pacientes con Alzheimer, aquella gente que mejora la tecnología actual para hacer nuestra vida más entretenida, segura, cómoda, o aquella gente que trata de reducir los efectos de algún desastre medioambiental a través de la biotecnología. Si comparamos el número de personas que se manifiestan a favor de la ciencia en comparación a la que se manifestaría si decidiesen quitar algún programa basura de TV (ahorraré nombre para salvaros de la obviedad). ¿Llegaríamos a ese 0,04% antes mencionado?

Los culpable de los recortes son directamente los gobernantes, pero la problemática viene de lejos y radica en la sociedad. A todos nos gustaría poder ser tratados de algún tumor con algún medicamento eficaz, ¿verdad? Como dijo un profesor mío, ¿cuántas colas ves en las farmacias para que el descubridor de un medicamento firme cajas que están salvando vidas? ¿Pero cuánta gente hace cola para que Belén Esteban firme ese montón de papel inservible por llamarlo de alguna manera? La sociedad está mentalmente inerte, no reacciona más que con compuestos llenos de banalidad y estupidez. Los jóvenes responden mejor sobre los tronistas de Mujeres, Hombres, y Bicepsberzas que sobre el inventor / descubridor de las vacunas o sobre quien dijo que la Tierra no es plana. Siento vergüenza ajena al saber que más gente ha leído el libro de Belén Esteban que el apasionante libro de “What is Life” de Erwin Schrödinger. Siento decepción al saber que miles de personas viven ignorantes respecto al mundo que les rodea, respecto a la vida, y la multitud de cosas que esta ofrece. Decepción en ver a millones de personas completando el Candy Crush tras cientos de horas mientras no se han parado a pensar que tecnología, física y química hay detrás de un increíble dispositivo como un Smartphone.

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Dentro de tanto pesimismo, siento alegría y agradecimiento al saber que una pequeña parte, pequeña pero enorme y para mí realmente valiosa de la sociedad, suscribirá estas líneas y se sentirá identificado con mi sentimiento. Me siento reconfortado al saber que no estoy solo en esta lucha contra la ignorancia y la conformidad, contra la muerte de la curiosidad. Siento orgullo al saber que esa pequeña parte consigue evadir los estándares actuales y dedicar parte de su vida a satisfacer su curiosidad, brindando la posibilidad de satisfacerla a los demás. Siento coraje pero a la vez agradecimiento al saber que muchos se dedican a este oficio inestable y poco remunerado que se llama ciencia, a mejorar el mundo aportando su granito de arena, mientras otros millones consumen ese granito sin preguntarse siquiera si el que lo ha aportado podrá comer a final de mes. Por todos vosotros va este artículo, por todos vosotros dedicaré mi tiempo a promover la curiosidad y la pasión, a todos vosotros, gracias de corazón.

Acerca de Javier Fernández Díaz

Aprendiendo siempre cosas nuevas. Pasión por la ciencia.

Publicado el 8 diciembre, 2014 en Reflexiones científicas y etiquetado en , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente. 3 comentarios.

  1. Me gusta tu artículo.

    Me alegra mucho por haber gente como tú y me entristece ver que tienes toda la razón en lo que escribes.

    Mirando el comentario de Saramago se puede observar que hay muchísimas personas jóvenes de años pero al mismo tiempo están a punto de morir.

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    • ¡Muchas gracias por tu comentario!

      Como explico, me pasa lo mismo. Triste porque sé que la gran mayoría comparte de lo que me quejo, pero contento porque otros pocos no lo hacen.

      Y por desgracia, muchos jóvenes cercanos a la muerte y muchos ancianos que morirán siendo mentes inquietas y activas.

      Un placer que te haya gustado el texto y muchas gracias por comentar.

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